Se le echa una pizca de amor y un poquito más de comprensión.
Una cucharada de ternura, con plátano y azúcar.
Medio kilo de paciencia para acabar la receta.
100 ml. de honestidad para no acabar la amistad.
Un te quiero muy grande, para ti lo más grande.
Una cucharada de compañerismo y se acabó el ritmo.
Silvia Rodríguez Zouhdi 1º E
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